Uno de los mayores desafíos que enfrentan muchas mamás primerizas es lidiar con los cólicos de su bebé. Como enfermera de maternidad, sé lo frustrante y desgastante que puede ser ver a tu pequeño incómodo y llorando sin parar. Pero quiero decirte que no estás sola, y que hay formas de manejar estos momentos difíciles.
Debes saber que si tienes un remedio con el que se alivien un poco, según el último estudio de pediatría al ser inconsolables, no se diagnosticaría de cólicos, pero la lógica nos dice lo contrario.
Antes que nada, si el bebé llora debemos pensar en cubrir sus necesidades de: hambre, calor, disconfort por el pañal sucio, retirar el exceso de estímulos: olores, luces y sonidos; si aún así continúa llorando podríamos estar ante cólicos del recién nacido.
¿Qué son los cólicos del lactante?
Es normal que un bebé llore en determinadas situaciones: cuando tiene hambre, sed, o incomodidad debido al calor, frío o el pañal sucio. En estos casos, el llanto suele cesar cuando se satisfacen sus necesidades. Sin embargo, los cólicos del lactante son diferentes. Estos se caracterizan por episodios recurrentes y prolongados de llanto intenso o irritabilidad, sin una causa aparente y que son difíciles de calmar.
Los cólicos suelen comenzar alrededor de las 2 o 3 semanas de vida, alcanzan su punto máximo alrededor del mes y medio, y desaparecen hacia los 3 o 4 meses. Estos episodios suelen ser más frecuentes por la tarde o noche, y aunque pueden ser desgastantes para los padres, es importante recordar que son temporales y no son un signo de que algo grave esté ocurriendo.
¿Qué causa los cólicos?
Aunque la causa exacta de los cólicos no se conoce, se han propuesto varias explicaciones. Algunas teorías sugieren que los cólicos pueden estar relacionados con la inmadurez del sistema digestivo del bebé, lo que puede generar gases y malestar abdominal. También se ha planteado que factores psicológicos y sociales, como una excesiva estimulación del bebé o el estrés de los padres, pueden influir en la aparición de los cólicos.
Además, algunos estudios han señalado que la dieta podría tener un papel en ciertos casos. Por ejemplo, la alergia a la proteína de la leche de vaca puede ser un desencadenante de los cólicos en un pequeño porcentaje de bebés. En estos casos, los síntomas pueden mejorar al cambiar a una fórmula especial o al eliminar los lácteos de la dieta de la madre si el bebé está siendo amamantado.
Otra causa descrita es no dar el biberón de forma correcta, ni la dosis correcta.
Es decir nos encontramos ante situaciones modificables.
¿Cómo reconocer los cólicos del lactante?
Los cólicos del lactante se presentan con ataques de llanto de inicio repentino, durante los cuales el bebé puede encoger las piernas sobre el abdomen, cerrar los puños y ponerse rojo por el esfuerzo del llanto. Estos episodios pueden durar desde unos minutos hasta varias horas, y aunque pueden ser angustiantes para los padres, el bebé generalmente vuelve a un estado normal una vez que el llanto cesa.
El diagnóstico de los cólicos se basa principalmente en la observación del comportamiento del bebé y en la exclusión de otras posibles causas de malestar, como infecciones o golpes. Si tu bebé está decaído, presenta fiebre o muestra signos de dolor persistente, es importante consultar al pediatra para descartar otros problemas de salud.
Podemos reconocerlos mejor siguiendo este patrón:
Regla de los 3: 3 horas de llanto, al menos de 3 días a la semana, y 3 semanas o más.
Se pone tenso y rojo, y su llanto es más agudo.
Su peso está bien, no se ha reducido.
Es un bebé sano.
Cómo aliviar los cólicos del bebé.
No existe una solución universal para los cólicos, pero hay varias estrategias que puedes intentar para aliviar el malestar de tu bebé. Lo más importante es recordar que los cólicos son un trastorno benigno que desaparece con el tiempo, y aunque puede ser frustrante, armarte de paciencia y ofrecer consuelo a tu bebé será clave para superar esta etapa.
Aquí te comparto algunas técnicas que puedes probar:
Contacto piel con piel: Sostener a tu bebé cerca de tu pecho, piel con piel, puede proporcionarle consuelo y ayudarlo a sentirse seguro. El contacto cercano y el calor de tu cuerpo pueden ser muy reconfortantes para él.
Mecer o caminar con el bebé: El movimiento suave puede ser calmante para algunos bebés. Prueba acunar a tu bebé en tus brazos mientras caminas lentamente o mecerlo en una silla.
Portear al bebé: Usar un fular suavito y flexible, o un portabebés ergonómico, no todos valen, puede ser una excelente manera de mantener a tu bebé cerca mientras mantienes las manos libres para hacer otras tareas. El porteo, además, permite al bebé sentirse seguro y arropado, lo que puede ayudar a calmarlo.
Baño tibio: Un baño con agua tibia y un ambiente tranquilo pueden relajar a tu bebé y aliviar cualquier incomodidad que esté sintiendo. Elegir una bañera adecuada puede ser esencial. Algunas levan estructuras que no permiten que el bebé flote, a veces la más sencilla es la mejor.
Ruido blanco o música suave: Algunos bebés responden bien al ruido blanco o a la música tranquila. Experimenta con diferentes sonidos para ver cuál tiene un efecto calmante en tu bebé.
Probióticos: En algunos casos, los probióticos han mostrado ser efectivos para reducir los síntomas de los cólicos en los bebés, especialmente en aquellos que son alimentados con leche materna. Consulta con tu pediatra para saber si esta opción es adecuada para tu bebé. Hace unos años sólo teníamos la opción del "Reuteri" en gotas, hoy en día existen opciones mejoradas.
Masajes para cólicos del bebé. Existen masajes específicos que parece aliviar a algunos bebés.
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Es importante que también cuides de ti misma durante estos episodios. El llanto frecuente y prolongado de un bebé puede ser agotador y generar estrés. Si te sientes abrumada, no dudes en pedir ayuda a tu pareja, familiares o amigos. Compartir tus sentimientos y obtener apoyo puede hacer una gran diferencia en cómo enfrentas esta etapa. Además, asegúrate de descansar cuando sea posible. La falta de sueño puede aumentar la sensación de frustración, así que relevarse en el cuidado del bebé puede ser beneficioso para todos.
¿Qué pasa si los cólicos persisten?
Si el llanto de tu bebé es persistente o notas otros síntomas preocupantes, como fiebre, vómitos o dificultad para alimentarse, es importante que consultes a tu pediatra. A veces, los cólicos pueden confundirse con otros problemas de salud, como el reflujo gastroesofágico o una intolerancia alimentaria. Un profesional de la salud podrá evaluar a tu bebé y ofrecerte orientación adicional si es necesario.
La verdad sobre los biberones anticólicos
Muchos padres, en su búsqueda por aliviar el malestar de su bebé, recurren a los biberones con tetinas anticólicos, que prometen reducir la ingesta de aire y, por ende, los cólicos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no existe una solución mágica para los cólicos, y la efectividad de estos biberones varía de un bebé a otro, y entre un biberón y otro.
Una opción más efectiva para minimizar las dificultades asociadas al uso del biberón es el Método Kassing. Este método consiste en ofrecer el biberón de una manera que imita la lactancia materna, permitiendo que el bebé controle la velocidad a la que toma la leche y reduciendo la cantidad de aire que ingiere. Este método respeta el ritmo natural del bebé y puede ser una excelente alternativa para aquellos que necesitan complementar la lactancia con biberón.
Reflexión final
Los cólicos del lactante pueden ser una etapa difícil, pero recuerda que son temporales y, con el tiempo, desaparecerán. Aunque no siempre es posible encontrar una solución inmediata, tu amor, paciencia y cuidado son los mejores remedios para tu bebé durante estos momentos.
Estás haciendo un gran trabajo. Con el apoyo adecuado y estrategias de manejo, tú y tu bebé superarán esta etapa juntos. Si en algún momento necesitas orientación o simplemente alguien con quien hablar, no dudes en escribirme. Estamos aquí para apoyarte en cada paso del camino.
Con cariño, Piluca, Enfermera de Maternidad
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