El primer baño de tu bebé es un momento inolvidable y emocionante. Como enfermera de maternidad, he tenido el honor de acompañar a muchas mamás en este primer paso, y quiero compartir algunos consejos para que esta experiencia sea tranquila y agradable para ti y tu bebé.
En primer lugar, es importante saber que no hay prisa para dar el primer baño. Durante los primeros días de vida, tu bebé aún tiene restos de vérnix, una sustancia blanca y cremosa que protege su piel en el útero. Esta capa actúa como una barrera natural, por lo que no es necesario bañar al bebé inmediatamente después del nacimiento. De hecho, puedes esperar hasta que el cordón umbilical se haya caído para hacer el primer baño completo.
Cuando llegue el momento de bañar a tu bebé, lo principal es mantener la calma. Este será un momento especial de conexión entre ambos. Escoge un momento en que tanto tú como tu bebé estén tranquilos, preferiblemente después de una toma, para que no esté demasiado hambriento ni demasiado lleno.
Prepara todo lo que necesitas antes de comenzar:
Una bañera pequeña o lavabo limpio, agua tibia (no demasiado caliente, verifica la temperatura con el codo o un termómetro), existen muchos tipos de bañeras, pero sirve cualquiera que te guste y estés cómoda, ésta es la que más he usado cuando trabajaba de salus. Luego también tienes las bañeras anticólicos, pero no te las recomiendo para el primer baño, ya que requieren no tener miedo y las primeras veces es inevitable tenerlo, y no la usarás.
Jabón suave para bebés, si quieres, pero es opcional.
Esponja natural, o unas gasitas también te valen, o la mano misma.
Toallas suaves. Dos, una para envolverle primero y secarle, y la otra para cambiarla justo cuando le vayas a vestir.
Protector de cama, o empapador. Yo te recomiendo comprar uno de plástico, y no usar los de un sólo uso, porque generamos demasiada basura. No es nada ecológico.
Ropa de cambio del bebé, incluido pañal.
Mantén todo a mano para no tener que dejar solo a tu bebé en ningún momento.
El baño debe ser corto, especialmente las primeras veces. A los recién nacidos no les gusta pasar demasiado tiempo en el agua. Mantén el baño unos 5-10 minutos, enfocándote en limpiar las áreas esenciales como las manos, el cuello, las axilas y el área del pañal.
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Durante el baño, asegúrate de sostener bien a tu bebé. Apóyalo siempre con una mano mientras lo lavas con la otra. Los bebés pueden ser resbaladizos cuando están mojados, así que tómalo con calma y asegúrate de que esté bien sostenido, más aún si usas jabón, así que las primeras veces, mejor no lo uses hasta que mejores tu técnica y agarre.
Después del baño, envuelve a tu bebé en una toalla suave y sécalo con golpecitos suaves. No frotes, ya que su piel es muy delicada.
Si notas que su piel está seca, puedes aplicar una crema o aceite suave como el de almendras para bebés, o de caléndula, o tu leche materna.
El primer baño no tiene que ser perfecto. Lo más importante es que tú y tu bebé disfruten de este momento juntos. Si en algún momento te sientes insegura, no dudes en pedir ayuda. Estoy aquí para guiarte en cada paso de este hermoso viaje.
Con cariño, Piluca, Enfermera de Maternidad
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