¿Funcionan los biberones con tetinas anticólicos?
Ser mamá primeriza puede ser abrumador, especialmente cuando el llanto de tu bebé parece no tener una razón aparente. Los cólicos del lactante, esos episodios de llanto prolongado y desesperado, pueden hacernos buscar soluciones por todos lados. Y es aquí donde entran en juego los biberones con tetinas anticólicos, promocionados como la respuesta definitiva a estos episodios incómodos. Sin embargo, como enfermera de maternidad, quiero compartirte una visión más crítica sobre estos productos y brindarte herramientas para que tomes la mejor decisión para ti y tu bebé.
¿Qué son los biberones con tetinas anticólicos?
Estos biberones prometen reducir los cólicos en los bebés gracias a sistemas diseñados para evitar que el bebé trague aire mientras succiona. La premisa es que al minimizar la cantidad de aire ingerido, se reducen los gases y, por ende, los cólicos. Sin embargo, a pesar de las promesas publicitarias, la ciencia aún no ha logrado determinar exactamente qué causa los cólicos, y muchos expertos creen que la succión de aire no es necesariamente el único factor.
Lo cierto es que muchas marcas han aprovechado el miedo que los cólicos generan en las familias para etiquetar sus productos como "anticólicos". Sin embargo, no existe una garantía absoluta de que estos biberones cumplan con lo que prometen. Si bien pueden ayudar a reducir la cantidad de aire que ingiere tu bebé, no son una solución mágica.
Sabemos que existen en el mercado muy pocos biberones que de verdad cumplan esta característica y son los que llamamos de "bajo flujo", estudios comparando biberones comprobaron que sólo existen tres en el mercado, ten cuidado con lo que te venden.
¿Qué podemos hacer para reducir la ingesta de aire?
Si te preocupa que tu bebé trague aire al alimentarse, una alternativa más efectiva puede ser utilizar el Método Kassing. Este método consiste en ofrecer el biberón de una manera que imita la lactancia materna, llenando al máximo la tetina de leche para que el bebé se alimente a su ritmo, con una reducción notable del aire que ingiere. Además, el Método Kassing permite que el bebé controle la velocidad y la cantidad de leche que toma, lo que puede prevenir la sobrealimentación y los cólicos relacionados con la ingesta excesiva de leche en poco tiempo.
El envase importa: La importancia del envase original
Cuando pensamos en ofrecer un suplemento al bebé, lo primero que nos viene a la mente es el biberón. Sin embargo, es importante recordar que la leche materna es siempre mejor en su envase original, es decir, el pecho. Aunque el uso de biberones es una solución práctica en muchos casos, tanto el contenido (si es leche artificial) como el continente (el biberón en sí) pueden ocasionar dificultades posteriores, como el rechazo del pecho.
Aunque la confusión tetina-pezón está en debate, se han observado bebés que presentan dificultades para mamar después de haber sido alimentados con un biberón. Esto se debe a que los bebés deben aprender una nueva técnica de succión para extraer la leche del biberón, lo que puede interferir con la técnica natural que utilizan para mamar del pecho.
Otro tema a tener en cuenta es tener la opción de usar un relactador para lactar, aunque la leche sea fórmula, la succión directa del pecho inducirá al sueño mejor que otro método y es una succión que reduce el aire ingerido muchísimo.
¿Por qué las tetinas pueden causar dificultades?
El acto de amamantar involucra a varios músculos y reflejos en el bebé. A pesar de ser un proceso instintivo, requiere de un esfuerzo considerable por parte del bebé. La succión del biberón, en cambio, puede alterar este proceso porque el bebé debe aprender a mover la lengua de manera diferente. Para algunos bebés, esto no supone un problema, y pueden alternar entre el pecho y la tetina sin dificultad. Pero para otros, la introducción del biberón puede causar confusión y hacer que no sepan qué hacer con la lengua al intentar mamar del pecho.
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Otra dificultad que puede surgir es el volumen de leche que el bebé recibe al usar un biberón. Con frecuencia, los bebés que toman leche de un biberón ingieren más cantidad de la necesaria, lo que puede llevarlos a rechazar el pecho. Mientras que la lactancia materna permite al bebé tomar pequeñas cantidades de leche a lo largo del tiempo, el biberón tiende a proporcionar un gran volumen en un corto período, lo que puede resultar en sobrealimentación y rechazo del pecho posteriormente.
El Método Kassing: Una alternativa para minimizar las dificultades
La manera más segura de dar el biberón sin que el bebé degluta aire es hacerlo es con el Método Kassing. Este método permite al bebé tomar la leche de manera más fisiológica, respetando su ritmo y optimizando el volumen ingerido. Además, ayuda a colocar la lengua en una posición similar a la que usaría para mamar del pecho.
¿Cómo aplicar el Método Kassing?
Posición del biberón: Mantén el biberón en una posición lo más horizontal posible para que el bebé lo tome despacio. Esto imita la velocidad a la que obtendría leche del pecho.
Estimulación del reflejo de búsqueda: Toca las mejillas, los labios y la nariz del bebé para estimular su reflejo de búsqueda antes de poner la tetina en su boca.
Control del ritmo: Deja que el bebé controle la velocidad a la que toma la leche y la cantidad que desea ingerir.
Pausas regulares: Permite que el bebé haga 20-30 succiones y luego retira la tetina por un momento antes de volver a empezar. Esto le da tiempo para procesar la cantidad de leche que ha ingerido y ayuda a prevenir la sobrealimentación.
Señales de saciedad: Observa las señales de saciedad del bebé para saber cuándo está satisfecho y no quiere más leche.
Tiempo: Intenta que el biberón no se de en menos de 20 minutos, nadie comemos en menos de este tiempo sin darnos cuenta que hemos comido de más, ya que es lo que tarda la señal de saciedad en llegar al cerebro.
Beneficios del Método Kassing:
Minimiza la confusión tetina-pezón: Al imitar más de cerca el proceso de amamantamiento, se reduce la posibilidad de que el bebé experimente dificultades al alternar entre el pecho y el biberón.
Mantiene un ritmo adecuado: Este método permite que el bebé mantenga un ritmo de succión-deglución-respiración correcto, similar al que tendría en el pecho.
Succión más fisiológica: La forma y textura de la tetina, junto con la técnica de alimentación, favorecen una succión más parecida a la del pecho.
Autorregulación: Al tomar la leche de manera más lenta, el bebé puede gestionar mejor su hambre y saciedad, reduciendo el riesgo de sobrealimentación.
Evita la sobrealimentación: Al seguir el ritmo del bebé, el adulto puede identificar con mayor facilidad cuándo el bebé está saciado y evitar que tome más leche de la necesaria ya que se dará más lentamente.
Conclusión
Si bien los biberones con tetinas anticólicos pueden ayudar a reducir la ingesta de aire en los bebés, no son una solución definitiva para los cólicos. Además, el uso de biberones puede interferir con la lactancia si no se realiza de manera adecuada. El Método Kassing se presenta como una excelente alternativa para aquellos casos en los que el uso del biberón es necesario, ya que respeta el ritmo del bebé y minimiza las posibles dificultades al alternar entre el pecho y la tetina.
Los cólicos se deben manejar desde varios aspectos, y así tendrás más posibilidades de que se reduzcan o duren menos.
Recuerda que cada bebé es único, y lo que funciona para uno puede no ser ideal para otro. La clave es observar y seguir las señales de tu bebé, dándole el apoyo y el amor que necesita en este proceso de aprendizaje conjunto. Y, sobre todo, ten paciencia: ser mamá primeriza implica un gran aprendizaje, pero con el tiempo, todo se vuelve más fácil. Con cariño, Piluca, Enfermera de Maternidad
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